En Memoria de nuestras abuelas ocultadas, Leontina Jiménez. La puesta en escena de la Corporación Cultural Nuestra Gente, indaga en los rastros y rostros de nuestra identidad cultural, la cultura negra y la cultura amerindia, en un escenario imaginado de la selva chocoana. Allí dos familias nos permiten observar cómo se vive la experiencia familiar. Cirilo es un niño cuyo mejor amigo o amiga es una Guacamaya, está guacamaya es secuestrada y Cirilo se arroja a buscar a su amiga para salvar también la selva, para salvar todo lo que simboliza esa amiga la amistad con la naturaleza. La obra aborda el riesgo en que se encuentra la tierra con su fauna y flora, y por lo tanto seres humanos más vulnerados por otros seres de “patas largas-máquinas de hierro” que ven en la casa común sólo recurso para ser explotados. Un acto poético a favor de la naturaleza, la casa común que grita y espera ser escuchada y salvada. Cirilo también aborda el abuso y maltrato infantil, que están representados en un personaje esperpéntico, que hace trabajar a un niño. Y a esto se opone otra familia amorosa que con amor, unión y alegría abraza una niñez re-encantada y en armonía con la vida.